quinta-feira, 8 de junho de 2017

A toda la gente

Texto: Varenka de Fátima Araújo
Traducción tentativa: Guillermo Bazán Becerra

El tiempo pasa como un viento que sopla y dispersa
las semillas, los embriones. El azul del cielo, decorado
con nubes es señal de que hay incontables esperanzas de
que llueva. Sin embargo, hay personas cuya mente está
con la mente trastornada por terribles visiones nacidas de
su ambición y maldad, a quienes no les importa quemar la
tierra y destruir cuanto esté a su alcance con tal de
satisfacer sus efímeras vanidades o acumular riqueza
devastando bosques, contaminando ríos y mares,
matando animales raros y usando todo tipo de tóxicos
aunque a la belleza natural la conviertan en escenario
fúnebre para todos. Para ellos, incendiarios de rencores y
ambiciones desmedidas, la existencia sólo vale si se
acomoda a sus desviados y oscuros conceptos de
progreso y libertad, si sólo les beneficia en sí.
Esas personas impías cubren lo atroz de sus
verdaderos rostros con máscaras, para engañar a quienes
no son de su grupo; tal vez el infierno ya está en nuestro
planeta, a pesar de todo el empeño y amor que ponen
contra eso las personas buenas. Nuestro planeta se
entrega generoso cada día para todos, sin excepción, y
cuando los buenos denuncian las maldades cometidas son
los malos jueces y autoridades que no cumplen su
obligación y permiten tales abusos y crímenes, que
llegado el momento afectarán a todos, absolutamente a
todos. Así, esos demonios llenos de poder, que corrompen
con su riqueza, andan sueltos, como monstruos
sanguinarios y arrasadores, a los que sólo les falta
privatizar el aire, sin querer darse cuenta que también
serán víctimas.
Insto a todos para que nos unamos con fe, coraje y
fraternidad para luchar por nuestro planeta Tierra.

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